SpaceX finalmente consiguió hacer aterrizar a su prototipo Starship tras una prueba de vuelo a gran altitud. Pero poco después explotó.
La SN10 tocó suelo en Boca Chica (Texas), en contraste con sus predecesoras SN8 y SN9, que se estrellaron. Aunque tampoco se puede decir que el aterrizaje fuera un éxito.
La nave tocó suelo con cierta violencia y luego se desató un incendio alrededor de su base. Ocho minutos más tarde, la nave explotó.
Pese a todo, SpaceX debe encontrar elementos muy positivos en la prueba por el hecho de que la nave ejecutara sus maniobras de vuelo y consiguiera tocar tierra.
Esos hitos le darán a la compañía confianza en los próximos pasos de su ambicioso proyecto.
SpaceX busca que sus Starships reemplacen a la actual generación de cohetes Falcon, que llevan a cabo misiones, con tripulación o de carga, para la agencia espacial de EE.UU. (NASA), las fuerzas armadas y otras de carácter comercial.
El presidente ejecutivo de SpaceX, Elon Musk, dice que la nave servirá para hacerlo todo, más y mejor, desde poner satélites en órbita a llevar pasajeros alrededor de la Tierra o a destinos como la Luna y Marte.
De hecho, le prometió una excursión a la Luna en 2023 al multimillonario japonés Yusaku Maezawa, quien viajaría en la Starship con otras ocho personas, y abrió un proceso de solicitudes para quien lo quiera acompañar en su aventura.
La prueba de este miércoles transcurrió en gran parte como las dos anteriores.
La SN10, sin tripulantes abordo, salió de la plataforma de lanzamiento en un vuelo vertical impulsada por tres motores propulsados por metano, que se fueron apagando de forma secuencial según alcanzó la altura de 10.000 m.
La nave se inclina hasta ponerse en horizontal para comenzar el regreso cayendo «de barriga» guiado por unas aletas al final del cohete.
Simularon así cómo las futuras operaciones de Starship reentrarán en la Tierra, una manera de frenar.
La nave luego gira y vuelve a apuntar hacia arriba antes de tocar superficie, fase que no consiguieron completar la SN8 Y SN9.
La SN10, sin embargo, sí lo consiguió y hasta llegó a la plataforma de hormigón en la que debía aterrizar.
Un elemento clave fue la decisión de volver a encender los tres motores antes del aterrizaje, garantizando que dos de ellos sirvieran para frenar.
Pero no todo transcurrió a la perfección. Cuando las patas se desplegaron para tocar tierra, parece que colapsaron y se desató un incendio que desencadenó la explosión.
SpaceX ya tiene otros prototipos en diferentes fases de ensamblaje, hasta el SN19.
Starship eventualmente será lanzada sobre un cohete llamado Super Heavy (súper pesado en inglés), que también se fabrica en Texas.
El Super Heavy se espera que tenga hasta 28 motores Raptor capaces de producir 70 meganewtons de fuerza, el doble que el Apollo Saturn 5, que llegó a la Luna.
Combinados, Starship y Super Heavy medirán unos 120 metros. Y están siendo diseñados para ser completamente reutilizables después de cada misión.
SpaceX espera que Starship pueda ser parte de la misión de la NASA a la Luna la próxima década. Starship concursa con otros prototipos.
Por BBC Mundo