Desde 1958 se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Periodista, en honor al aniversario de la muerte del periodista de origen checoslovaco Julius Fučik.
Cada 8 de septiembre se conmemora el Día Internacional del Periodista, una fecha para rendir homenaje a quienes ejercen esta profesión con compromiso, ética y valentía, muchas veces en contextos de riesgo y adversidad.
El día fue establecido en 1958 durante el IV Congreso de la Organización Internacional de Periodistas (OIP), celebrado en Bucarest, Rumania, en memoria del periodista y escritor Julius Fučík, ejecutado por el régimen nazi en 1943 por su militancia y su defensa de la libertad.
La efeméride busca reconocer el papel esencial del periodismo como pilar de la democracia, promotor de la libertad de expresión y guardián de la verdad. Hoy más que nunca, en un mundo donde la desinformación prolifera y la censura persiste en distintas formas, el ejercicio responsable del periodismo cobra una relevancia irrenunciable.
Nacido el 23 de febrero de 1903 en Praga, Checoslovaquia (hoy República Checa), Julius Fučík estudió filosofía y se integró al Partido Comunista en 1921. Inició su carrera escribiendo críticas teatrales y literarias, pero pronto orientó su trabajo hacia el periodismo político y social, colaborando con publicaciones como Rude Pravo y Tvorba, alineadas con la ideología comunista.

Durante la ocupación nazi de Checoslovaquia, Fučík fue arrestado en múltiples ocasiones por su activismo antifascista. A pesar de la persecución, continuó su labor desde la clandestinidad bajo el seudónimo de Doctor Horak. Finalmente, fue capturado, torturado y ejecutado en 1943. Sus escritos desde la prisión, reunidos en la obra Reportaje al pie de la horca, se convirtieron en testimonio universal del valor del periodista frente al autoritarismo.
Aunque la figura de Fučík representa una época de conflicto bélico y represión, el espíritu de su lucha sigue vigente. En la actualidad, los periodistas siguen siendo objeto de ataques, encarcelamientos, secuestros y asesinatos en distintas partes del mundo por ejercer su labor con integridad y compromiso. Desde coberturas en zonas de guerra hasta investigaciones contra la corrupción y el crimen organizado, el periodismo sigue siendo una profesión de alto riesgo.
Según informes de organizaciones como Reporteros Sin Fronteras (RSF) y el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), decenas de periodistas han sido asesinados en los últimos años por causas directamente relacionadas con su trabajo. Muchos otros han sido objeto de censura, vigilancia ilegal, represión digital y campañas de desprestigio.
La historia de la OIP y la defensa global del periodismo
La Organización Internacional de Periodistas (OIP), también conocida por sus siglas en francés IOJ (Organisation Internationale des Journalistes), fue fundada en 1946 en un congreso celebrado en Copenhague, Dinamarca, tras la fusión de la Federación Internacional de Periodistas y la Federación de Periodistas de los Países Aliados y Libres. Durante años representó a miles de periodistas en el mundo entero.
Sin embargo, debido a la polarización ideológica durante la Guerra Fría, la organización cayó bajo influencia comunista hacia 1950. Esto provocó que periodistas de otras corrientes ideológicas abandonaran la OIP y relanzaran la Federación Internacional de Periodistas (FIP) en 1952. A pesar de la división, la OIP continuó operando hasta mediados de los años 90.
El Día Internacional del Periodista no es solo una fecha conmemorativa; es también una llamada a la conciencia colectiva sobre la necesidad de proteger el ejercicio periodístico, garantizar la libertad de prensa y defender el derecho ciudadano a estar informado con veracidad y responsabilidad.
En tiempos donde las fake news, la polarización y la represión amenazan la calidad informativa, honrar a los periodistas es también defender el derecho a la verdad. Por eso, este 8 de septiembre se convierte en una oportunidad para reconocer a quienes ejercen esta labor con valentía, aún en condiciones difíciles, y para exigir a las autoridades y a la sociedad mayor respaldo a una profesión vital para la salud democrática de las naciones.